BEBES CONDENADOS A NACER SIN FAMILIA
En su habitual
columna en el programa Claves para un Mundo Mejor, Mons. Héctor Aguer
reflexionó sobre un artículo periodístico referido a “una nueva forma de familia que desata polémica”.
Son los “padres que
no son pareja”, dos personas que tienen “ganas” de tener un hijo y se asocian
para conseguirlo. Pueden ser amigos o desconocidos, consensuar ser padres
personalmente o a través de una red social, ser homosexuales o heterosexuales;
e independientemente de todo ello, acordar si van a mantener relaciones
sexuales o a echar mano de la fecundación artificial para “sacarse las ganas”
de tener un hijo.
El prelado platense
confesó que al leer la nota pensaba: “El niño no importa” y tras criticarla
exclamó: “¡Pobre el chico! ¡Y dicen que eso es una nueva forma de familia!”
Nos exhortó
finalmente a defender a la familia (del modo que esté al alcance de cada uno)
frente a esta “nueva aberración”.
A continuación el
texto completo de la alocución televisiva de Mons. Aguer:
“Mis amigos hoy quiero comentarles algo, compartir con ustedes algo muy
desagradable que me sorprendió. Les confieso que ya, a esta altura de la vida y
después de tantos años de obispo hay pocas cosas que me sorprenden; pero esto
me dejó alelado. ¿Y qué es? Es una página de un diario en la que se comenta una
nueva manera de ser papá o mamá. El título dice: “Ser padres sin ser pareja:
una nueva forma de familia que desata polémica”.
“Esto quiere decir que ahora para tener un hijo no hace falta más tener
una pareja, ya sea casándose, conviviendo, nada de eso. Parecería que eso es
una cosa antigua. Ahora uno puede comunicarse con otra persona ya sea del mismo
sexo o sea de otro con el cual puede compartir y darse “el gusto” de tener un
hijo. Como diríamos en porteño “darse el berretín” de tener un hijo. El
proyecto no implica ningún compromiso permanente entre las partes, sino que es
una especie de contrato, ponerse de acuerdo. Hoy día la gente se amiga por
Facebook y dicen que hay como tres mil seguidores de un espacio de Internet en
el que se promueve esto. Es un actor conocido el que promueve esta aberración:
hijos que no son fruto del amor, ni de la unión permanente de sus padres. ¿Qué
será de ellos?”.
“Me llama la atención que en toda esta página de lo que se habla es “del
gusto”, “de las ganas” de un hombre o de una mujer, o de una pareja homosexual
de tener un hijo en común. ¿Saben lo que pensaba al leerlo? que el niño no
importa. No se habla del niño sino de ellos dos. Más aún se habla, como decía
antes, de una nueva forma de familia que es no ser familia (Obvio es que
en el caso de dos homosexuales o lesbianas habrá que comprar gametos del sexo
opuesto para hacer posible la fecundación)”.
“En el artículo periodístico se presenta la autoridad de una psicóloga,
una persona muy conocida, que dice que “la institucionalización de los
papeles de padre y madre, la paternidad y la maternidad, la familia tal como la
conocemos, ha nacido como un fenómeno cultural en la época burguesa, en la
sociedad burguesa”. Hay algo de marxismo que huele a viejo en todo esto:
sería la sociedad burguesa la que inventó la familia. Imagino que se referirá a
la sociedad del Siglo XIX o XX con lo cual querría decir que entre los no
burgueses no hay hijos, cuando son los pobres los más generosos en tener hijos,
y cuidan a sus hijos y ojalá tuvieran los medios para cuidarlos y educarlos
mejor. Estos tipos lo que dicen es que eso no importa absolutamente nada”.
“Es falso lo que dice esa psicóloga, porque la familia existe desde
tiempo inmemorial en todas las culturas. Me he tomado el trabajo de revisar eso
en una historia de las culturas y siempre, aún en las culturas más primitivas,
se cumplía que el rol de ser padres o de ser madres no sólo importaba a “la
pareja” sino a una familia más extendida que se llamaba “la casa” que no era
sólo el edificio sino que era el linaje con los abuelos, los bisabuelos, los
tíos, y todos los que hubiera”.
“En la primera página de La Biblia se dice que “Dios creó al hombre a
su imagen, varón y mujer los creó” y dicen que “por eso el hombre dejará
a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne”.
Este pasaje primero de La Biblia que pertenece como dicen los intérpretes a un
estrato de la escritura bíblica que se remonta al Siglo VI A.C.: ya hablaba de
esto, de que dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y
los dos serán uno, y para siempre. Podríamos decir hoy por la perspectiva de
género que la mujer dejará a sus padres y se unirá con su esposo para
tener hijos, para constituir una familia. Esto es para entrar el uno en “la
casa” del otro. Cada uno en la gran familia del otro”.
“En lo que les he leído no ocurre esto porque el acuerdo no implica que
ellos tengan afecto el uno por el otro sino que se conocen a través de Internet
y dicen: “vamos a ponernos de acuerdo y tener un hijo”. Agregan que tal
vez se puede convivir un poco pero en definitiva el niño no importa. Se trata
de un contrato, de algo provisorio”.
“Todo el mundo sabe, y la Psicología del Siglo XX lo ha subrayado
especialmente, que el niño o la niña para un desarrollo armonioso necesita del
papel del padre y del papel de la madre, de los dos. Incluso hay anomalías en
la formación de la personalidad cuando falta el padre o la madre, cuando el
chiquito pierde alguno de sus padres y no lo llega a conocer. Ahí hay un
agujero que queda y que se podrá colmar poco a poco con el tiempo”
“¿Cómo es posible que se llame familia a este contrato entre un tipo que
vive acá y otro que vive en Australia, a lo mejor, y que se encuentran en un
lugar común, tienen el hijo; y ¿en qué medida es el hijo? En síntesis, el niño
no importa sino que importa que este individualista feroz o esa individualista
insoportable se den el gusto, cumplan el berretín de tener un hijo. ¿Yo no sé
para qué sirve? ¡Pobre el chico! ¡Y dicen que eso es una nueva forma de
familia!”.
“Además en el artículo se dice “que existe una
polémica”, pero en él no hay ninguna polémica. Todo es a favor de esta
posición. Se los digo para que ustedes estén atentos, estén alertas.
Seguramente no van a escribir un artículo en un diario, y es probable que no se
lo publiquen, pero pueden enviar una carta a algún diario y decir lo que
piensan enterados de este disparate contra el orden natural y el sentido común.
Hagan campaña contra esta nueva aberración”.
1 comentario:
¿y de que se asusta ese que defiende la porquería del vaticano segundo??¿acaso ahí no se soltaron todos los demonios???
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