Día de fiesta, la luz de Cristo llegó a nuestra América
A España le debemos la Fe en Jesucristo, la lengua castellana, nuestras costumbre y
el amor a la familia
el amor a la familia
El 12 de Octubre, día de fiesta, la luz de Cristo llegó a nuestra América para disipar
las tinieblas del error y la desesperación en que vivían sus pobladores, sometidos a
una de las idolatrías más diabólicas que puede imaginarse, cuyo escalofriante
espectáculo habría hecho exclamar a los Romanos "América, delenda est - Hay que
destruir América" (*). Lejos de eso, la hidalguía castellana no escatimó esfuerzos,
recursos ni sangre para hacer llegar la Salvación y la Civilización hasta el último de
sus rincones.
Como dice el padre Ezcurra con respecto al día de la Raza
(probablemente de 1985); quien, inspirado en el ejemplo del padre Jerzy Popieluszko,
mártir de Cristo, el 2 Abril de 1985 (Aniversario de la Recuperación de las Islas
Malvinas), comenzó a celebrar mensualmente la Santa Misa en fecha histórica, para
rogar especialmente por la Patria:
"A España le debemos la Fe en Jesucristo, la lengua castellana, nuestras costumbre y
el amor a la familia. Porque cuando llegó el momento de ser independientes, sin
renegar de lo recibido, las virtudes y el coraje del español vinieron a ser las del
criollo y del gaucho; hermanando a nuestros pueblos, ya unidos por lazos de sangre y
de raza, en la misma fe, la misma lengua, la misma historia y aún los mismos enemigos.
De esa América cantó Rubén Darío "que tiene sangre indígena, que aún reza a Jesucristo
y aún habla en Español". Por eso han de tener mucho cuidados los hijos en renegar o
avergonzarse de sus padres, tirando a la basura tan espléndida herencia; han de tener
mucho cuidado los pueblos y las naciones en renegar de su Historia. Porque la Patria
será lo que ha de ser solamente si somos fieles a la Tradición".
Roguemos al Señor para que la estulticia de los progresistas y falsos indigenistas
financiados desde los centros del Poder Mundial, que han caído últimamente como una
manga de langostas sobre las naciones hispanoamericanas con la intención de provocar
su disgregación, fracase miserablemente al estrellarse contra los muros de la Casa que
España y nuestros padres construyeron sobre la Roca.
las tinieblas del error y la desesperación en que vivían sus pobladores, sometidos a
una de las idolatrías más diabólicas que puede imaginarse, cuyo escalofriante
espectáculo habría hecho exclamar a los Romanos "América, delenda est - Hay que
destruir América" (*). Lejos de eso, la hidalguía castellana no escatimó esfuerzos,
recursos ni sangre para hacer llegar la Salvación y la Civilización hasta el último de
sus rincones.
Como dice el padre Ezcurra con respecto al día de la Raza
(probablemente de 1985); quien, inspirado en el ejemplo del padre Jerzy Popieluszko,
mártir de Cristo, el 2 Abril de 1985 (Aniversario de la Recuperación de las Islas
Malvinas), comenzó a celebrar mensualmente la Santa Misa en fecha histórica, para
rogar especialmente por la Patria:
"A España le debemos la Fe en Jesucristo, la lengua castellana, nuestras costumbre y
el amor a la familia. Porque cuando llegó el momento de ser independientes, sin
renegar de lo recibido, las virtudes y el coraje del español vinieron a ser las del
criollo y del gaucho; hermanando a nuestros pueblos, ya unidos por lazos de sangre y
de raza, en la misma fe, la misma lengua, la misma historia y aún los mismos enemigos.
De esa América cantó Rubén Darío "que tiene sangre indígena, que aún reza a Jesucristo
y aún habla en Español". Por eso han de tener mucho cuidados los hijos en renegar o
avergonzarse de sus padres, tirando a la basura tan espléndida herencia; han de tener
mucho cuidado los pueblos y las naciones en renegar de su Historia. Porque la Patria
será lo que ha de ser solamente si somos fieles a la Tradición".
Roguemos al Señor para que la estulticia de los progresistas y falsos indigenistas
financiados desde los centros del Poder Mundial, que han caído últimamente como una
manga de langostas sobre las naciones hispanoamericanas con la intención de provocar
su disgregación, fracase miserablemente al estrellarse contra los muros de la Casa que
España y nuestros padres construyeron sobre la Roca.
Para que todos podamos seguir
glorificando al Señor de la Verdad con la plegaria que recitaban al alba los
navegantes de Colón:
glorificando al Señor de la Verdad con la plegaria que recitaban al alba los
navegantes de Colón:
“Bendita sea la luz
y la Santa Veracruz
y el Señor de la Verdad
y la Santa Trinidad.
Bendita sea el alba
y el Señor que nos la manda.
Bendito sea el día
y el Señor que nos lo envía”.
Amén.
(*) "Cartago, delenda est - Hay que destruir a Cartago" frase atribuida a Catón, el
Viejo y que significa el horror que sintieron los romanos frente al culto del dios
Moloch, para cuyo aplacamiento se arrojaban bebés vivos por la boca de su estatua de
bronce convertida en horno ardiente.
Publicado en: Página Católica
1 comentario:
Iacobus Ispanias Lux ilustrat morum
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