¡ Viva Cristo Rey !

Tuyo es el Reino, Tuyo el Poder y la Gloria, por siempre Señor.
Cristo, Señor del Cielo y de la TIERRA, Rey de gobiernos y naciones

5 abr 2011

Jesucristo, Luz del mundo

Pidamos para que podamos ser sus testigos en un mundo que ha optado por las tinieblas
Jesucristo Nuestro Señor, Luz verdadera

En la religiones naturales existentes antes de la venida de
Jesucristo, el hombre se debatía en las tinieblas de la duda; por
eso, aún en las civilizaciones más desarrolladas, el género humano
estaba embargado por un sentimiento terrible: el miedo.
Tal es el caso de las religiones precolombinas, que proponían a la
adoración verdaderos demonios sedientos de sangre humana.
 
Ese panorama desolador, fue ordenado e iluminado por la Venida de
Jesucristo nuestro Señor, Luz verdadera que llegada al mundo para
disipar las tinieblas del error, del luto y del pecado.
 
Por eso la Iglesia llamó al Sacramento del Bautismo "La
Iluminación", y por eso también los templos se construyen mirando al
este, por donde nace cotidianamente el Sol que viene de lo alto.
Pero, lamentablemente, el mundo muchas veces comete la locura de
esconderse en las sombras, para huir de esta bendita luz.
Por esa causa, cuando el Señor realiza el milagro esplendente el dar
la vista, no a uno que la había perdido, sino a un ciego de
nacimiento, un acto incontrastable que despertaría la fe hasta en
las mismas piedras, surge una reacción inesperada, la del enemigo
mortal de Jesucristo, el que tiene la locura de usar el remedio que
Dios trae para enfermarse, el Fariseísmo que ya lo había condenado,
con o sin milagro, y finalmente lo llevaría a la Cruz.

Al lado de esta actitud extrema, de los que cometen el pecado de
condenarse a sí mismos rechazando la luz, está la de los padres del
beneficiado que no quieren comprometerse sino componer, prendiéndole
una vela a Dios y otra al Diablo. Bien podrían estos y sus hijos a
lo largo del tiempo estar incluidos entre los que San Pío X llamó
"soldados cobardes, que arrojan las armas a la sola presencia del
enemigo, o traidores, que pretenden a toda costa hacer las paces con
los contrarios, a saber, con el enemigo irreconciliable de Dios y de
los hombres".

Pero también está el ejemplo del neo vidente quien, cual nueva
samaritana, primero obedece sin replicar, luego lo llama Señor, más
tarde, y sin miedo, admite delante de los fariseos que es un
profeta, y finalmente lo reconoce como Dios postrándose frente a Él.

Pidamos al Señor en el Santo Sacrificio de la Misa, que nos dé la
fortaleza de seguir éste ejemplo de maduración en la Fe, para que
podamos ser sus testigos en un mundo que ha optado por las
tinieblas.


S.E.R. Mons. Antonio Baseotto
Liturgia de la Palabra en el
IV Domingo de Cuaresma Domingo Lætare
Ciclo A
2 de Marzo de 2008


http://pagina-catolica.blogspot.com/2011/04/jesucristo-luz-del-mundo.html


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