CINCO ETAPAS PARA LOGRARLO
En la actual
sociedad de la tolerancia, que no tiene ideales fijos y, como resultado,
tampoco una clara división entre el bien y el mal, existe una técnica que
permite cambiar la actitud de la gente hacia conceptos y prácticas
consideradas totalmente inaceptables. ¿Conoce Ud. algún ejemplo análogo en
nuestro País?
Esta
técnica, llamada ‘la ventana Overton’, y que consiste en una secuencia concreta
de acciones con el fin de conseguir el resultado deseado, “puede ser más eficaz
que una carga nuclear como arma para destruir comunidades humanas”, opina el
columnista Evgueni Gorzhaltsán.
En su
artículo en el portal Adme, pone el ejemplo radical de cómo convertir en
aceptable la idea de legalizar paso a paso el canibalismo, desde la fase en que
se considera una acción repugnante e impensable, completamente ajena a la moral
pública, hasta convertirse en una realidad aceptada por la conciencia de masas
y la ley. Eso no se consigue mediante un lavado de cerebro directo, sino con
técnicas más sofisticadas que son efectivas gracias a su aplicación coherente y
sistemática sin que la sociedad se dé cuenta del proceso, cree Gorzhaltsán.
Primera etapa: de lo impensable a lo radical
Obviamente,
en la actualidad la cuestión de la legalización del canibalismo se encuentra en
el nivel más bajo de aceptación de la ‘ventana de posibilidades’ de Overton, ya
que la sociedad lo considera como un fenómeno absurdo e impensable, un tabú.
Para cambiar
esa percepción, se puede, amparándose en la libertad de expresión, trasladar
la cuestión a la esfera científica, pues para los científicos normalmente
no hay temas tabú. Por lo tanto, es posible celebrar, por ejemplo, un simposio
etnológico sobre rituales exóticos de las tribus de la Polinesia y discutir la
historia del tema de estudio y obtener declaraciones autorizadas sobre el
canibalismo, garantizando así la transición de la actitud negativa e
intransigente de la sociedad a una actitud más positiva.
Simultáneamente,
hay que crear algún grupo radical de caníbales. Aunque exista sólo en Internet,
seguramente será advertido y citado por numerosos medios de comunicación. Como
resultado de la primera etapa de Overton, el tabú desaparece y el tema
inaceptable empieza a discutirse.
Segunda etapa: de lo radical a lo aceptable
En esta
etapa, hay que seguir citando a los científicos, argumentando que uno no puede
blindarse a tener conocimientos sobre el canibalismo, ya que si alguna persona
se niega a hablar de ello será considerado un hipócrita intolerante.
Al condenar
la intolerancia, también es necesario crear un eufemismo para el propio
fenómeno para disociar la esencia de la cuestión de su denominación, separar la
palabra de su significado. Así, el canibalismo se convierte en ‘antropofagia’,
y posteriormente en ‘antropofilia’.
Paralelamente,
se puede crear un precedente de referencia, histórico, mitológico,
contemporáneo o simplemente inventado, pero lo más importante es que sea
legitimado, para que pueda ser utilizado como prueba de que la antropofilia en
principio puede ser legalizada.
Tercera etapa: de lo aceptable a lo “sensato”
El crimen de
la eutanasia es llamado “muerte digna”. En la fotografía Terry Schiavo que fue
asesinada privándola de agua y de alimentos
Para esa
etapa, es importante promover ideas como las siguientes: “el deseo de comer
personas está genéticamente justificado”, “a veces una persona tiene que
recurrir a eso, si se dan circunstancias apremiantes” o “un hombre libre tiene
el derecho de decidir qué come”.
Los
adversarios reales a esos conceptos, es decir, la gente de a pie que no quiere
ser indiferente al problema, intencionadamente son presentados a la opinión
pública como enemigos radicales, psicópatas enloquecidos, oponentes agresivos de la
antropofilia que llaman a quemar vivos a los caníbales, junto con otros
representantes de las minorías.
Expertos y
periodistas en esta
etapa demuestran que durante la historia de la humanidad siempre hubo ocasiones
en que las personas se comían unas a otras, y que eso era normal.
Cuarta etapa: de lo sensato a lo popular
Los medios
de comunicación, con la
ayuda de personas conocidas y políticos, ya hablan abiertamente de la
antropofilia. Este fenómeno empieza a aparecer en películas, letras de
canciones populares y videos. En esta etapa, comienza a funcionar también la
técnica que supone la promoción de las referencias a los personajes históricos
destacados que practicaron la antropofilia.
Para
justificar a los partidarios de la legalización del fenómeno se puede recurrir
a la humanización de los criminales mediante la creación de una imagen positiva
de ellos diciendo, por ejemplo, que ellos son las víctimas, ya que la vida las
obligó a practicar la antropofilia.
Quinta etapa: de lo popular a lo político
Esta
categoría supone ya empezar a preparar la legislación para legalizar el
fenómeno. Los grupos de presión se consolidan en el poder y publican
encuestas que supuestamente confirman un alto porcentaje de partidarios de la
legalización del canibalismo en la sociedad. En la conciencia pública se
establece un nuevo dogma: “La prohibición de comer personas está prohibida.”
Esta es una
técnica típica del liberalismo, que funciona debido a la tolerancia como
pretexto para la proscripción de los tabúes. Durante la última etapa del
‘movimiento de las ventanas’ de Overton de lo popular a lo político, la
sociedad ya ha sufrido una ruptura, pues las normas de la existencia humana se
han alterado o han sido destruidas con la adopción de las nuevas leyes.
Gorzhaltsán
concluye que el concepto de las ‘ventanas de posibilidades’, inicialmente
descrito por Joseph Overton, puede extrapolarse a cualquier fenómeno y
es especialmente fácil de aplicar en una sociedad tolerante en la que la
llamada libertad de expresión se ha convertido en la deshumanización y donde
ante nuestros ojos se eliminan uno tras otro todos los límites que protegen a
la sociedad del abismo de la autodestrucción.
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