Reproducimos
a continuación la noticia tristemente acaecida en Sevilla, una buena
muestra más de la decadencia absoluta de la jerarquía que nos gobierna
en una “iglesia” en la que no se puede pedir por la conversión de los
infieles ni por los niños abortados, porque es “políticamente
incorrecto”; esto contrasta a su vez con la extrema tolerancia con todo
tipo de iniciativas disparatadas en las iglesias… sencillamente
vomitivo.
El asunto es que
la misa estaba prevista para las 11.00 horas de mañana, en memoria “de
todos los niños abortados durante 2019”, petición extendida a todas las
mujeres “con pensamientos de abortar”, y, según los miembros de Vox en
Gelves, sin polémica, porque “solo vamos a rezar”.
Sin embargo, esta mañana se les ha comunicado que, por petición del Arzobispado de la provincia y
para “evitar problemas”, se ha decidido suspenderla, además de sostener
las fuentes que algunos miembros de Vox han recibido amenazas por
convocar este acto en concreto.
La misa se iba a realizar en la parroquia de Santa María de Gracia, con el lema “Déjalo nacer”, añadiendo Vox: “rogamos su asistencia a tan piadoso acto de caridad”.
El
grupo municipal de Vox en Gelves, que cuenta con un solo concejal, ha
emitido un breve comunicado en sus redes sociales en el que lamenta “la
tibieza” de muchos con este asunto, mientras añade que “nuestro
compromiso en defensa de la vida sigue firme, y añade que “debido a
causas ajenas a nuestra voluntad la Santa Misa por los no nacidos y las
madres en dificultades prevista para mañana queda suspendida”.
Por su parte, la dirección provincial de Vox en Sevilla mantiene en sus redes sociales que el aborto “es el peor atentado contra los derechos humanos que tiene lugar en la sociedad actual”, citando
que “cada año son destruidos en el seno materno 55 millones de pequeños
humanos en todo el mundo”, y ha organizado un acto mañana en la capital
andaluza en el que repartirá réplicas de fetos de 14 semanas de
gestación.
El edil de Vox en Gelves, Rafael Fernando Sánchez Pareja, ha declinado profundizar en las causas de la suspensión, citando que la dirección provincial de su partido emitirá un comunicado, apostillando que “la vida es sagrada y está por encima de ideologías e interés mundanos”.
Nota: Parece que estos apostatas no leyeron esta parte de los Testamento: A LOS TIBIOS LOS VOMITARE DE MI BOCA Apocalipsis 3:16 Como está al final de la Biblia, no llegaron.....
La ideología de género lleva a los niños a creer que es normal estar
toda la vida sustituyendo química y quirúrgicamente su propio sexo por
el opuesto constituye un abuso infantil.
Haciéndose eco de la campaña internacional de la ideología de género,
el Congreso Nacional ha aprobado una ley para el cambio de sexo.
Para conocer las graves consecuencias de esta medida, le ofrecemos la
declaración del Colegio de Pediatras de Estados Unidos que sigue, trata
el asunto de forma concisa y clara.
El Colegio de Pediatras de Estados Unidos dio a conocer una
declaración, firmada por su presidenta y su vicepresidente y por uno de
los más eminentes pediatras del país, titulada La ideología de género hace daño a los niños.
En ella urgen a «educadores y legisladores» a «rechazar todas las
políticas que condicionen a los niños para aceptar como normal una vida
de suplantación química o quirúrgica de su sexo por el sexo opuesto».
«Son los hechos y no la ideología», afirman, «quienes determinan la
realidad», esto es, que «la sexualidad es un rasgo biológico objetivo». El Colegio Americano de Pediatras urge a los educadores y
legisladores a rechazar todas las políticas que condicionen a los niños
para aceptar como normal una vida de suplantación química o quirúrgica
de su sexo por el sexo opuesto. Son los hechos, y no la ideología, quienes determinan la realidad. La sexualidad humana es un rasgo biológico objetivo binario:
XY y XX son marcadores genéticos saludables, no los marcadores
genéticos de un trastorno. La norma del diseño humano es ser concebido
como hombre o como mujer.
La sexualidad humana es binaria por definición, siendo su finalidad
obvia la reproducción y crecimiento de nuestra especie. Este principio
es evidente por sí mismo.
Los extraordinariamente raros trastornos del desarrollo sexual, entre
ellos la feminización testicular [o síndrome de insensibilidad de los
andrógenos, n.n.] y la hiperplasia suprarrenal congénita, son
desviaciones de la norma sexual binaria, todas ellas médicamente
identificables y directamente admitidas como trastornos del diseño
humano. Los individuos con trastornos del desarrollo sexual no
constituyen un tercer sexo
Nadie nace con un género. Todos nacemos con un sexo biológico.
El género (la conciencia y sentimiento de uno mismo como hombre o
mujer) es un concepto sociológico y psicológico, no un concepto
biológico objetivo.
Nadie nace con conciencia de sí mismo como hombre o mujer; esta
conciencia se desarrolla con el tiempo y, como todos los procesos de
desarrollo, puede desviarse a consecuencia de las percepciones
subjetivas del niño, de sus relaciones y de sus experiencias adversas
desde la infancia.
Quienes se identifican como «sintiéndose del sexo opuesto» o como
«algo intermedio» no conforman un tercer sexo. Siguen siendo hombres
biológicos o mujeres biológicas La creencia de una persona de que él o ella es algo que no es
constituye, en el mejor de los casos, un signo de pensamiento confuso.
Cuando un niño biológicamente sano cree que es una niña, o una niña
biológicamente sana cree que es un niño, existe un problema psicológico
objetivo en la mente, no en el cuerpo, y debe ser tratado como tal.
Estos niños padecen disforia de género. La disforia de género, antes
denominada trastorno de identidad de género, es un trastorno mental así
reconocido en la más reciente edición del Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales (DSM-V)
Las teorías psicodinámicas y de aprendizaje social sobre la disforia
de género o trastorno de identidad de género nunca han sido
refutadas
La pubertad no es una enfermedad, y los bloqueadores hormonales pueden ser peligrosos. Reversibles
o no, los bloqueadores hormonales inducen un estado de enfermedad -la
ausencia de pubertad- e inhiben el crecimiento y la fertilidad en un
niño que antes era biológicamente sano{6}.
Según el
DSM-V, hasta un 98% de niños con género confuso y hasta un 88% de niñas
con género confuso aceptan finalmente su sexo biológico tras pasar la pubertad de forma natural{5}.
Los
niños que utilizan bloqueadores hormonales para reasignación de sexo
necesitarán hormonas cruzadas al final de la adolescencia. Las hormonas
cruzadas (testosterona y estrógenos) se asocian con riesgos para la
salud, entre ellos hipertensión, coágulos de sangre, derrame cerebral y cáncer
Las
tasas de suicidio son veinte veces mayores entre los adultos que
utilizan hormonas cruzadas y sufren cirugía de reasignación de sexo,
incluso en Suecia, que se encuentra entre los países con mayor respaldo
LGBT. ¿Qué persona compasiva y razonable condenaría a ese
destino a chicos jóvenes sabiendo que tras la pubertad hasta un 88% de
las chicas y un 98% de los chicos aceptarán la realidad y alcanzarán un
estado de salud física y mental?
Existe un problema psicológico objetivo en la mente, no en el cuerpo, y debe ser tratado como tal.
Condicionar a los niños a creer que es normal estar toda la
vida sustituyendo química y quirúrgicamente su propio sexo por el
opuesto constituye un abuso infantil.
Respaldar la discordancia de género como algo normal a través de la
educación pública y de las políticas legales confundirá a hijos y
padres, llevando a muchos niños a acudir a «clínicas de género» donde
les administren fármacos bloqueadores hormonales.
Esto, a su vez, virtualmente asegura que ellos «elegirán» recibir
hormonas cruzadas cancerígenas o de un modo u otro tóxicas, y
probablemente considerarán, cuando sean adultos jóvenes, la mutilación
quirúrgica innecesaria de sus órganos sanos.
Para el Estado democrático revolucionario los individuos son todos iguales
La utopía
democrática es la igualdad. La democracia sueña con un Estado social y
sólo se preocupa con los individuos, y con los individuos socialmente
iguales.
No es esto lo que está en los planos de Dios. Y para convencernos de esta verdad, basta considerar el proceder de Dios.
Dios podría haber creado a cada hombre, como lo hizo con Adán,
directamente y sin auxilio de nadie. Así hizo con los ángeles, y aún en
éste caso no quiso la igualdad. Dios creó a cada ángel como una especie
distinta, correspondiente a una idea particular en el pensamiento
divino.
Formando al ser humano como una especie única, la igualdad habría
reinado entonces si todos hubiésemos recibido la existencia directamente
de manos del Creador. Pero Dios tenía otros designios. El quiso que
recibiéramos la vida unos de los otros, y que por este medio fuésemos
constituidos, no en la libertad y la igualdad sociales, sino en la
dependencia de nuestros padres y en la jerarquía que debía nacer de esa
dependencia.
Dios establece la familia
Contenidos
Dios creó a Adán, y después de su cuerpo hizo el cuerpo de Eva. Dios entonces bendijo al hombre y a la mujer y les dijo: «Sed fecundos, llenad y dominad la tierra«.
Ciceron decía que los estados proceden de esa socieda primera que es la familia
Dios creó así la familia, la transformó en una sociedad y la
constituyó de acuerdo con un plan totalmente diverso de la igualdad
social: la mujer sumisa al hombre y los hijos sumisos a los padres.
En los mismos orígenes del género humano, por lo tanto, encontramos
las tres grandes leyes sociales: la autoridad, la jerarquía y la unión.
La autoridad, que pertenece a los autores de la vida; la jerarquía, que
torna al hombre superior a la mujer y a los padres superiores a los
hijos; y la unión, que deben conservar entre sí aquellos vínculos
vivificados por la misma sangre.
Los Estados proceden de esa sociedad primera.
«La familia –dice Cicerón– es el principio de la ciudad,
y de alguna forma la semilla de la res-pública. La familia se divide,
aunque permaneciendo unida; los hermanos, así como sus hijos y nietos,
no pudiendo abrigarse todos en la casa paterna, salen para fundar nuevas
casas, como nuevas colonias. Ellos forman alianzas, de donde surgen
nuevas afinidades y el crecimiento de la familia. Las casas se
multiplican poco a poco, todo crece, todo se desarrolla, y nace la
res-pública. (República, libro I, 7).
Al comienzo Abraham funda una familia nueva, y de ella surgen doce
tribus, que constituyen un pueblo. Esos son propiamente los orígenes del
pueblo de Dios.
Lo mismo ocurrió con los gentiles.
La familia no es sólo el elemento primero de todo Estado, sino su elemento constitutivo, de tal manera que la sociedad no se compone de individuos, sino de familias. P. 11
Actualmente sólo los individuos importan y el Estado sólo reconoce a
los ciudadanos aislados. Esto es contrario al orden natural.
Antiguamente era de tal manera así que los censos de población no
contaban las personas, sino los «fuegos», es decir, los hogares.
Cada hogar era considerado el centro de una familia, y cada familia
era dentro del Estado una unidad política y jurídica, al mismo tiempo
que económica.
El individualismo conduce a la destrucción de la sociedad
Fue la Revolución Francesa la que vino a destruir este orden. Ella se
impuso el deber de emancipar al individuo, a la persona humana,
estimada como célula elemental orgánica de la sociedad. Esta tarea que
la Revolución se impuso, conduce nada menos que a desorganizar la
sociedad y a disolverla.
El individuo es sólo un elemento dentro de esa célula orgánica de la sociedad que es la familia. Separar sus elementos, impulsar el individualismo, es destruir su vida,
es tornarla impotente para llenar su papel en la constitución del ser
social, como lo haría, en los seres vivos, la disociación de los
elementos de la célula vegetal o animal.
La Revolución Francesa vino a destruir el orden y se impuso el deber de
emancipar al individuo, esclavizándolo finalmente al Estado
En nuestros días, el individualismo fue llevado a su exacerbación por el relativismo. Así, cada individuo posee «su verdad» y sus «valores». Sobre todo, sus derechos y no sus deberes.
Desaparición de la noción del bien común
Las legislaciones socialistas exacerban este individualismo, dando al
individuo derechos gravemente perjudiciales para el bien común.
La noción de que la sociedad sólo puede subsistir cuando existe una
preocupación por el bien común, ha venido desapareciendo casi
completamente.
Así hemos asistido en nuestro país a una demolición sistemática de la familia en nombre de las libertades individuales.
La legalización del divorcio, la equiparación de los hijos naturales
con los generados dentro del matrimonio, la multiforme propaganda de
todo tipo de anticonceptivos y de una libertad sexual no lejana del
libertinaje, está llevando a nuestra patria a una disociación de su
unidad.
No debemos extrañar, por lo tanto, que las encuestas muestren a la
familia como una institución en vías de desaparecer. Y, con su
desaparición, la propia sociedad es demolida.
La patria sólo subsiste cuando sus componentes tienen un «proyecto»
común. Cuando cada individuo tiene sus propios «valores», la unidad
nacional desaparece.
Los animales comienzan a reemplazar a los hijos que no se quiso tener
Una equiparación, o aún preferencia por
el animal en relación al hombre constituye un rebajamiento irracional e
inconcebible de la naturaleza humana, ya que Dios creó al hombre a su
imagen y semejanza.
Poseer animales domésticos y tratarlos bien es una costumbre
inmemorial, sobre todo tratándose de perros. Es claro que no se debe
someterlos a sufrimientos sin razón proporcionada. Nadie es contrario a
eso. Los animales comienzan a reemplazar a los hijos que no se quiso tenerSin embargo, una moda inducida e irracional ha llevado a mucha gente a
colocar a los animales en un nivel superior al de los humanos, lo que
es desbordar el sentido común, pudiendo llegar a ser pecaminoso, pues
contraría la jerarquía establecida por Dios en la Creación. La Sagrada Escritura es muy clara al respecto. Dios dijo al primer
matrimonio: “Llenad la tierra y sometedla. Dominad sobre los peces del
mar, sobre las aves del cielo y sobre los animales que se arrastran
sobre la tierra”. (Gen. 1,28). Además, el Catecismo de la Iglesia Católica, promulgado por Juan Pablo II, determina: “Dios confió los animales al gobierno de aquel que fue criado a Su
imagen (el hombre). Es, por lo tanto, legítimo que nos sirvamos de los
animales para la alimentación y para la confección del vestuario. “Podemos domesticarlos para que sirvan al hombre en sus trabajos y
descanso. Los experimentaciones médicas y científicas con animales son
prácticas moralmente admisibles, si no traspasan los límites de lo
razonable y contribuyan para curar o ahorrar vidas humanas” (2417).
* * *
Sin embargo, no es raro que se promuevan proyectos de Código Penal,
como fue propuesto en Brasil, llegando a imponer penas mayores por el
abandono de un animal que por el abandono de un niño. ¿Locura? ¿Desvarío? Mucho más. Esto forma parte del proceso de rebajamiento de la naturaleza humana, actualmente en curso. (…) La Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara de Diputados
aprobó recientemente un proyecto que establece castigos increíbles para
los hombres en el trato con perros y gatos. Las penas son severas. Así, quien mate un perro o un gato va a la prisión por el plazo de cinco a ocho años. Y el régimen de reclusión es el más estricto, reservado para crímenes
graves, en los que el criminal no tiene posibilidad de un ablandamiento
en un futuro próximo. ¡Es inimaginable que alguien tenga que purgar ocho años tras las rejas porque mató a un gato! Pero hay más.
Si la persona mató al perro para evitar el contagio de alguna
enfermedad transmisible a los humanos, necesita probar de modo
“irrefutable” que no existía un tratamiento posible para el animal. Si no consigue probar esto, su pena aumenta entre 6 y 10 años. El
mismo aumento de pena se aplica si el can o el felino fuere muerto con
veneno o algún medio cruel. Pero no es sólo matarlos. También si deja de prestar asistencia o socorro al perro o al gato
que corren peligro grave en las vías públicas, así como en las
propiedades privadas, corresponderá una pena de 2 a 4 años de detención. Tampoco se podrá dejar al animal amarrado con una cuerda o cadena
para que no huya de la casa ni ataque a nadie: prisión de 1 a 3 años.
Imagen de la Virgen de Fátima que lloró milagrosamente en Nueva Orleans, en 1972
En necesario aún proporcionar una alimentación adecuada al animal,
puesto que exponer la salud del perro o del gato equivale a una prisión
de dos a cuatro años. Si el agente es propietario o responsable por el animal, todas esas
penas serán duplicadas: ¡16 años de prisión porque mató a un gato!
* * *
Esa equiparación, o aún preferencia del animal en relación al hombre
constituye un rebajamiento irracional de inconcebible de la naturaleza
humana, ya que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Rebajarlo de esa forma es profanar la imagen de Dios, es ofender al
Creador. ¿A quién le gustaría que la imagen de su propio padre fuera
rebajada a nivel de un perro? ¡Esta ofensa al Creador es una de las razones de las lágrimas de la Santísima Virgen! Gregorio Vivanco Lopes
¿Por qué existe tanta persecución contra la verdad en el mundo entero?
Atentado incendiario de la iglesia de la Gratitud Nacional en Santiago
¿Por qué existe tanta persecución contra la verdad en el mundo entero? ¿Por qué en países donde los católicos constituyen la mayoría
absoluta de la población, como es el caso de Chile, hay, sin embargo,
tantos ataques a la Iglesia Católica.
Ataques van aumentando
Contenidos
La pregunta no deja de ser oportuna, pues estos ataques no sólo se
hacen cada vez más repetidos sino también cada vez más violentos. Los medios de comunicación ya casi no informan, o si lo hacen es con
muy poco destaque, los diversos atentados a imágenes religiosas,
profanaciones del Santísimo Sacramento, intentos de incendio, y otras
cosas de ese género. Las puertas del famoso templo de la Gratitud Nacional, ya han sido
varias veces quemadas y los vitrales que adornaban sus ventanales han
sido quebrados por todo tipo de manifestantes. Atentados contra imágenes de la Santísima Virgen, no han
sido extraños en los últimos años en este País. A esto podemos que sumar
los rayados en muros de Iglesias, donde se lee: “la única Iglesia
verdadera es la que arde”.
Las persecuciones en otros países
Estos hechos pueden parecer pequeños y casi insignificantes en
relación a los que están sufriendo los católicos en países como Siria o
Irak, y en general en todos los países islámicos que sancionan con pena
de muerte a los musulmanes que se convierten a la Fe católica. Quizá algún lector nos diga que no existe un paralelo entre los
hechos ocurridos en Chile con esto que ocurren en Medio Oriente. Sin embargo, si bien es cierto que los actos de violencia en Chile no
han llegado a esos extremos, la razón no está en que aquellos que los
realizan no tengan los mismo deseos destructivos de los fundamentalistas
islámicos. El problema es que, por ahora, las circunstancias para ellos no les
son tan propicias. Bastará que estas mismas circunstancias cambien, y se
hagan más permisivas las manifestaciones anti religiosas, para ver
hasta qué extremos no serán capaces de llegar estos fundamentalistas del
ateísmo nacional.
La explicación de este odio
Para entender cuál es la lógica de este odio, le damos la palabra al Profesor Plinio Corrêa de Oliveira, quien escribió en el diario “Folha de Sao Paulo” un artículo sobre el tema.
Ciertos hombres odian la verdad por amor hacia aquello que ellos tomaron por verdadero
“Un simpático lector me pide que explique por qué la Iglesia – a
pesar de ser quien pregona la verdad – ha sido tan combatida a lo largo
de su historia. “También quiere saber por qué son tan combatidos en nuestros días los
católicos que no pactan con los errores del siglo, y se mantienen
fieles a la enseñanza inmutable de Nuestro Señor Jesucristo. “Me parece que el lector podría haber ampliado aún más el campo de su pregunta. “Las persecuciones hechas contra la Iglesia y los verdaderos
católicos de nuestros días, son un prolongamiento histórico de las que
sufrió Nuestro Señor Jesucristo. “¿Cómo explicar que el Hombre-Dios, que es el Camino, la Verdad y la
Vida, haya sufrido persecución, hasta el punto de ser crucificado entre
dos vulgares ladrones? “A esa pregunta responde luminosamente uno de los mayores Doctores de
todos los tiempos, el gran San Agustín, obispo de Hipona. Reproduzco
aquí -adaptándola ligeramente, para mejor comprensión del lector
contemporáneo- la enseñanza del Doctor de los siglos IV y V.
San Agustín se pregunta cómo la verdad despierta odio
“Comentando la célebre palabra de Terencio: ‘la verdad engendra odio’, San Agustín pregunta cómo explicar hecho tan ilógico. “Enunciado así el problema, el santo Doctor pasa a la explicación. “La naturaleza humana es tan propensa a la verdad que, cuando el
hombre ama algo contrario a la verdad, quiere que este algo sea
verdadero. Con esto, cae en el error, persuadiéndose de que es verdadero
lo que en realidad es falso. Los acuerdos del Vaticano con el gobierno chino no ha impedido que éste continúe destruyendo iglesias católicas“Así, es necesario que alguien le abra los ojos. Ahora bien, como el
hombre no admite que se le muestre que se equivocó, por esta misma razón
no tolera que se le demuestre cuál es el error en que está. Y el Doctor
de Hipona observa: “¡De esta forma, ciertos hombres odian la verdad por amor hacia
aquello que ellos tomaron por verdadero! De la verdad ellos aman la luz;
no, sin embargo, la censura a sus equivocaciones. “Por su deslealtad, tales hombres sufren de la verdad el siguiente
castigo: no quieren que la verdad los desvende; y, sin embargo, ella los
delata y continúa velada a sus ojos. “Y así, es de esta manera, es precisamente de esta manera como es
hecho el corazón humano. Ciego y perezoso, indigno y deshonesto, se
oculta, pero no admite que nada se le oculte. “Y por esto le sucede que él no consigue huir de los ojos de la verdad, pero la verdad huye de los ojos de él”. Con estas palabras concluye san Agustín su magistral comentario… “He ahí, la razón por la cual quien dice la verdad sufre persecución.
¡Y así se explican la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los
veinte siglos de historia de la Iglesia!”
Panteísmo; igualdad política, social y económica absolutos;
amor libre: este es el triple fin a que nos conduce un movimiento que
dura ya más de cuatro siglos.
3. La Revolución, el orgullo y la sensualidad “ Los valores metafísicos de la Revolución
Contenidos
Dos nociones concebidas como valores metafísicos expresan bien el
espíritu de la Revolución: igualdad absoluta, libertad completa. Y dos
son las pasiones que más la sirven: el orgullo y la sensualidad. Al referirnos a las pasiones, conviene esclarecer el sentido en que
tomamos el vocablo en este trabajo. Para mayor brevedad, conformándonos
con el uso de varios autores espirituales, siempre que hablamos de las
pasiones como fautoras de la Revolución, nos referimos a las pasiones
desordenadas. Y, de acuerdo con el lenguaje corriente, incluimos en las
pasiones desordenadas todos los impulsos al pecado existentes en el
hombre como consecuencia de la triple concupiscencia: la de la carne, la
de los ojos y la soberbia de la vida (cfr. I Jo. 2, 16).
A. Orgullo e igualitarismo
La persona orgullosa, sujeta a la autoridad de otra, odia en primer lugar el yugo que en concreto pesa sobre ella. En un segundo grado, el orgulloso odia genéricamente todas las
autoridades y todos los yugos, y más aún el propio principio de
autoridad, considerado en abstracto. Y porque odia toda autoridad, odia también toda superioridad, de cualquier orden que sea.
El puño cerrado, símbolo de la rebelión contra todas las desigualdades.
El orgulloso odia genéricamente todas las autoridades y todos los yugos En todo esto hay un verdadero odio a Dios (cfr. ítem. m, infra). Este odio a cualquier desigualdad ha ido tan lejos que, movidas por
él, personas colocadas en una alta situación la han puesto en grave
riesgo y hasta perdido, sólo por no aceptar la superioridad de quien
está más alto. Más aún. En un auge de virulencia el orgullo podría llevar a alguien a
luchar por la anarquía y a rehusar el poder supremo que le fuese
ofrecido. Esto porque la simple existencia de ese poder trae implícita
la afirmación del principio de autoridad, a que todo hombre en cuanto
tal -y el orgulloso también- puede ser sujeto. El orgullo puede conducir, así, al igualitarismo más radical y completo. Son varios los aspectos de ese igualitarismo radical y metafísico:
a. Igualdad entre los hombres y Dios:
de ahí el panteísmo, el inmanentismo y todas las formas esotéricas de
religión, que pretenden establecer un trato de igual a igual entre Dios
y los hombres, y que tienen por objetivo saturar a estos últimos de
propiedades divinas. El ateo es un igualitario que, queriendo evitar el
absurdo que hay en afirmar que el hombre es Dios, cae en otro absurdo,
afirmando que Dios no existe. El laicismo es una forma de ateísmo, y por
tanto de igualitarismo. Afirma la imposibilidad de que se tenga certeza
de la existencia de Dios. De donde, en la esfera temporal, el hombre
debe actuar como si Dios no existiese. O sea, como persona que destronó a
Dios.
b. Igualdad en la esfera eclesiástica:
Supresión del sacerdocio dotado de los poderes del orden, magisterio y
gobierno, o por lo menos de un sacerdocio con grados jerárquicos.
c. Igualdad entre las diversas religiones:
Todas las discriminaciones religiosas son antipáticas porque ofenden
la fundamental igualdad entre los hombres. Por esto, las diversas
religiones deben tener un tratamiento rigurosamente igual. El que una religión se pretenda verdadera con exclusión de las otras
es afirmar una superioridad, es contrario a la mansedumbre evangélica e
impolítico, pues le cierra el acceso a los corazones.
d. Igualdad en la esfera política:
supresión, o por lo menos atenuación, de la desigualdad entre
gobernantes y gobernados. El poder no viene de Dios, sino de la masa que
manda, a la cual el gobierno debe obedecer. Proscripción de la
monarquía y de la aristocracia como regímenes intrínsecamente malos por
ser anti-igualitarios. Sólo la democracia es legítima, justa y
evangélica (cfr. San Pío X, Carta Apostólica “Notre Charge Apostolique”,
25.VIII.1910, A.A.S. vol. II, pp. 615-619).
e. Igualdad en la estructura de la sociedad:
supresión de las clases, especialmente de las que se perpetúan por la
vía hereditaria. Abolición de toda influencia aristocrática en la
dirección de la sociedad y en el tonus general de la cultura y de las
costumbres. La jerarquía natural constituída por la superioridad del
trabajo intelectual sobre el trabajo manual desaparecerá por la
superación de la distinción entre uno y otro.
f. Abolición de los cuerpos intermedios
entre los individuos y el Estado, así como de los privilegios que son
elementos inherentes a cada cuerpo social. Por más que la Revolución
odie el absolutismo regio, odia más aún los cuerpos intermedios y la
monarquía orgánica medieval. Es que el absolutismo monárquico tiende a
poner a los súbditos, aun a los de más categoría, en un nivel de
recíproca igualdad, en una situación disminuída que ya preanuncia la
aniquilación del individuo y el anonimato, los cuales llegan al auge en
las grandes concentraciones urbanas de la sociedad socialista. Entre los
grupos intermedios que serán abolidos, ocupa el primer lugar la
familia. Mientras no consigue extinguirla, la Revolución procura
reducirla, mutilarla y vilipendiarla de todos los modos.
g. Igualdad económica:
nada pertenece a nadie, todo pertenece a la colectividad. Supresión
de la propiedad privada, del derecho de cada cual al fruto integral de
su propio trabajo y a la elección de su profesión.
h. Igualdad en los aspectos exteriores de la existencia:
Disminución en cuanto sea posible de la variedad en los trajes, en las residencias, en los muebles, en los hábitos, etc.
la variedad redunda fácilmente en la desigualdad de nivel. Por eso,
disminución en cuanto sea posible de la variedad en los trajes, en las
residencias, en los muebles, en los hábitos, etc.
i. Igualdad de almas:
la propaganda modela todas las almas según un mismo padrón,
quitándoles las peculiaridades y casi la vida propia. Hasta las
diferencias de psicología y de actitud entre los sexos tienden a menguar
lo más posible. Por todo esto, desaparece el pueblo, que es
esencialmente una gran familia de almas diversas pero armónicas,
reunidas alrededor de lo que les es común. Y surge la masa, con su gran
alma vacía, colectiva, esclava (cfr. Pío XII, Radiomensaje de Navidad de
1944 – Discorsi e Radiomessaggi, vol. VI, p. 239).
j. Igualdad en todo el trato social:
como entre mayores y menores, patrones y empleados, profesores y alumnos, esposo y esposa, padres e hijos, etc.
k. Igualdad en el orden internacional:
La Revolución, fundamentalmente igualitaria, sueñe con fundir todas las razas, todos los pueblos y todos los Estados
el Estado es constituido por un pueblo independiente que ejerce pleno
dominio sobre un territorio. La soberanía es, así, en el Derecho
Público, la imagen de la propiedad. Admitida la idea de pueblo, con
características que lo diferencian de los otros, y la de soberanía,
estamos forzosamente en presencia de desigualdades: de capacidad, de
virtud, de número, etc. Admitida la idea de territorio, tenemos la
desigualdad cuantitativa y cualitativa de los diversos espacios
territoriales. Se comprende, pues, que la Revolución, fundamentalmente
igualitaria, sueñe con fundir todas las razas, todos los pueblos y todos
los Estados en una sola raza, un solo pueblo y un solo Estado (cfr.
Parte I, cap. XI, 3).
l. Igualdad entre las diversas partes del país:
por las mismas razones y por un mecanismo análogo, la Revolución
tiende a abolir en el interior de las patrias ahora existentes todo sano
regionalismo político, cultural, etc.
m. Igualitarismo y odio a Dios:
Santo Tomás enseña (cfr. “Summa Contra Gentiles”, II, 45; “Summa
Teologica”, I, q. 47, a. 2) que la diversidad de las criaturas y su
escalonamiento jerárquico son un bien en sí, pues así resplandecen mejor
en la creación las perfecciones del Creador. Y dice que tanto entre los
Angeles (cfr. “Summa Teologica”, I, q. 50, a. 4) como entre los
hombres, en el Paraíso Terrenal como en esta tierra de exilio (cfr. op.
cit., I, q. 96, a. 3-4), la Providencia instituyó la desigualdad. Por
eso, un universo de criaturas iguales sería un mundo en que se habría
eliminado, en toda la medida de lo posible, la semejanza entre criaturas
y Creador. Odiar, en principio, toda y cualquier desigualdad es, pues,
colocarse metafísicamente contra los mejores elementos de semejanza
entre el Creador y la creación, es odiar a Dios.
n. Los límites de la desigualdad:
claro está que de toda esta explanación doctrinaria no se puede concluir que la desigualdad es siempre y necesariamente un bien. Todos los hombres son iguales por naturaleza, y diferentes sólo en
sus accidentes. Los derechos que les vienen del simple hecho de ser
hombres son iguales para todos: derecho a la vida, a la honra, a
condiciones de existencia suficientes, al trabajo y, pues, a la
propiedad, a la constitución de una familia, y sobre todo al
conocimiento y práctica de la verdadera Religión. Y las desigualdades que atenten contra esos derechos son contrarias
al orden de la Providencia. Sin embargo, dentro de estos límites, las
desigualdades provenientes de accidentes como la virtud, el talento, la
belleza, la fuerza, la familia, la tradición, etc., son justas y
conformes al orden del universo (cfr. Pío XII, Radiomensaje de Navidad
de 1944 – Discorsi e Radiomessaggi, vol. VI, p. 239).
…..No temas a tu enemigo, se valiente y justo para agradar a Dios, di siempre La Verdad aunque te lleve a la muerte; protege al indefenso, no hagas el mal. ….
Espada Católica deja en claro que los comentarios vertidos en las entradas no son necesariamente compartidos por el autor del blog y quedan bajo la exclusiva responsabilidad de quien los vierte.
Sagrado Corazón de Jesús
Cor Jesu Sacratissimun in te confido
San Miguel Arcángel
Sancte Michael Archangele, defende nos in praelio. Contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium. Imperet illi Deus, supplices deprecamur. Tuque Princeps Militiae Caelestis, Satanam aliosque spiritus malignos, qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo divina virtute in infernum detrude. Amen
“Nos acusan de retrógrados cuando nos oponemos a las leyes inicuas que pretenden una reingeniería de la sociedad contrariando al orden natural. Al sostener el respeto de este orden estamos preparando el futuro, la reconstrucción de lo que destruyen los ideólogos, utopistas y políticos aprovechados. Estamos defendiendo la integridad del hombre y su futuro”
Ya que hoy “la Iglesia es el único reaseguro del futuro del hombre, porque sólo en la visión cristiana del mundo queda salvaguardada la auténtica concepción de la persona humana y de su dignidad”.
Monseñor Héctor Aguer
San Pio X Defensor de la Tradición
ORA PRO NOBIS
San Pio V
“Restableció el misal conforme a la regla antigua y a los ritos de los Santos Padres y defendió sin conceciones al catolicismo contra turcos, judíos y protestantes”
Monseñor Marcel Lefebvre
Celoso guerrero de la Tradición y azote de Dios contra el modernismo
San Pío de Pietrelcina
Reza, ten fe y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón. En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle solo con el corazón El don de la oración está en manos del Salvador. Cuanto más te vacíes de ti mismo, es decir, de tu amor propio y de toda atadura carnal, entrando en la santa humildad, más lo comunicará Dios a tu corazón.
Santo Tomás de Aquino
“Habiendo peligro próximo para la Fe, los prelados deben ser argüidos incluso públicamente por los súbditos”. (Suma Teológica, II-II, 33, 4-2)
Beato Urbano II - Papa
¡¡Ora pro Nobis !! Defendió la libertad de la Iglesia de las intromisiones de los laicos, luchó contra los clérigos simoníacos e indignos y, en el Concilio de Clermont, exhortó a los soldados cristianos a que, con el signo de la cruz, liberasen a sus hermanos cristianos de la opresión de los infieles y recuperasen el sepulcro del Señor, que estaba su poder
"La espada que se desenvaina con honor, se conserva inmaculada cuando hiere y mata, porque hace del sufrimiento y de la muerte servidores de la Justicia"