Un mundo que abandona la ley natural y la moral, enloquece.
Un mundo que abandona la ley natural y la moral, enloquece. Porque este es un síntoma claro de algo más que una mera extravagancia. Se trata de locura.
En su libro alarmante “pero no alarmista” “America Alone! (Regnery, 2006) Mark Steyn analiza el desafío creado por la caída del promedio de nacimientos en el mundo, fenómeno que califica como “Espiral de la muerte demográfica”.
Analizando del caso de Japón, donde el número de muertes es mayor al de los nacimientos, cuenta que los niños están siendo reemplazados por muñecas. Sí, exactamente como la acaba de leer.
Un mundo que abandona la ley natural y la moral, enloquece. Porque este es un síntoma claro de algo más que una mera extravagancia. Se trata de locura.
Desmintiendo las falacias abortistas
Según las noticias, los fabricantes de juguetes están diseñando muñecas no para niñas sino para mujeres adultas que no han tenido hijos o los han abortado. El fenómeno se ha extendido a España. La muñeca Yumel, que tiene la apariencia de un bebé, tiene un vocabulario de 1.200 frases y es vendido por 8.500 Yens (U$ 80). Ese vocabulario excede con mucho al de los actuales universitarios graduados.
“Me siento tan bien. Buenas noches”, dice la muñeca antes de quedarse dormida, si su dueña le acaricia suavemente el pecho.
Dice la Biblia que “Dios creó al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, hombre y mujer los creó. Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.»
Pero nosotros somos modernos, y no nos consideramos obligados por los mandamientos de Dios. Eso estaba bien para pueblos primitivos. Nosotros consideramos que los únicos goces de la vida son los deleites del orgullo y de la sensualidad.
En realidad, “no hay nada nuevo bajo el sol”. En la decadencia de todos los imperios de todos los tiempos encontramos las “modernidades” de las cuales muchos se jactan: el aborto, la eutanasia, la homosexualidad, y toda una serie de monstruosidades análogas.
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