...y entonces los hombres se encenderán de pasiones los unos
por los otros hombres, cometiendo actos vergonzosos...
Imagen del
demonio, por Gustave Doré
EL Papa
Benedicto XVI ha proclamado “Doctora de la Iglesia” a Santa
Hildegarda von Bingen (1098-1179), la “Sibila del Rin”, gran mística e
intelectual del siglo XI. Con esto, obviamente, sus obras alcanzaron más
autoridad que antes de tal proclamación. El propio Pontífice muchas veces ha
citado a la mística alemana en sus alocuciones.
Comentando
en el Liber divinurom operum, el versículo 6,8 del Apocalipsis, la santa
escribió:
“La
serpiente antigua goza con todos los castigos con los cuales el hombre es
castigado en el alma y en el cuerpo. Él, que ha perdido la gloria celestial, no
quiere que ningún hombre pueda alcanzarla. En realidad, apenas él se dio cuenta
que el hombre había oído sus consejos, comenzó a proyectar la guerra contra
Dios: ‘A través del hombre llevaré adelante mis propósitos’.
“En su odio,
la serpiente ha inspirado a los hombres a odiarse entre ellos y, con el mismo
mal propósito, los ha inducido a matarse unos a otros.
“Y la
serpiente dijo: ‘Mandaré mi aliento a fin de que la sucesión de los hijos del
hombre se extinga, y entonces los hombres se encenderán de pasiones los unos
por los otros hombres, cometiendo actos vergonzosos’.
“Y la
serpiente, probando gozo, gritó: ‘Esta el la suprema ofensa contra Aquel que ha
dado al hombre el cuerpo. Que su forma desaparezca porque ha evitado la
relación natural con las mujeres’.
“Es entonces
el diablo quien los convenció a ser infieles y seductores, que los indujo a
matar, transformándose en bandidos y ladrones, porque el pecado de
homosexualidad lleva a las más vergonzosas violencias y a todos los vicios.
Cuando todos estos pecados se hayan manifestado, entonces la vigencia de la ley
de Dios será quebrada y la Iglesia será perseguida como una viuda”
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