¡ Viva Cristo Rey !

Tuyo es el Reino, Tuyo el Poder y la Gloria, por siempre Señor.
Cristo, Señor del Cielo y de la TIERRA, Rey de gobiernos y naciones

21 ago 2010

San Pio X, Defensor de la Tradición

21 de agosto - San Pio X 
San Pio X defensor de la Tradición 
José Sarto, después Pío X, nació en Riese, poblado cerca de Venecia, Italia en 1835 en el seno de una familia humilde siendo el segundo de diez hijos.
Todavía siendo niño perdió a su padre por lo que pensó dejar de estudiar para ayudar a su madre en los gastos de manutención de la familia, sin embargo ésta se lo impidió y pudo continuar sus estudios en el seminario gracias a una beca que le consiguió un sacerdote amigo de la familia.
Una vez ordenado fue vicepárroco, párroco, canónigo, obispo de Mantua y Cardenal de Venecia, puestos donde duró en cada uno de ellos nueve años. Bromeando platicaba que solamente le faltaban nueve años de Papa.
Muchas son las anécdotas de este santo que reflejan tanto su santidad como su lucha por superar sus defectos, entre ellas destacan tres:
Siendo Cardenal de Venecia se encontró con un anciano al que la policía le había quitado el burro que tenía para trabajar; al enterarse el Cardenal se ofreció a pagar la multa que le cobraban y a acompañarlo a recoger el burro porque exigían al anciano que lo respaldara una persona de confianza. Ante la negativa del anciano para que lo acompañara el Cardenal afirmó que si una obra buena no costaba no merecía gran recompensa
Cuando era un sacerdote joven, José Sarto, estando con su hermana se quejó de dolor de muelas lo que provocó que ella lo criticara y lo tachara de quejoso y flojo respondiéndole con una bofetada. Sintiéndose avergonzado se disculpó por ser tan violento, defecto que fue corrigiendo. Asimismo, una vez de visita en el Colegio de San Juan Bosco fue invitado a almorzar en la pobreza de ese colegio, donde al salir buscó un mejor lugar para comer, aunque después se volvió más y más sacrificado.
En 1903 al morir León XIII fue convocado a Roma para elegir al nuevo Pontífice. En Roma no era candidato para algunos por no hablar francés y él mismo se consideraba indigno de tal nombramiento.
Durante la elección los Cardenales se inclinaron en principio y por mayoría por el Cardenal Rampolla, sin embargo el Cardenal de Checoslovaquia anunció que el Emperador de Austria no aceptaba al Cardenal Rampolla como Papa y tenía el derecho de veto en la elección papal, por lo que el Cardenal Rampolla retiró su nombre del nombramiento. Reanudada la votación los Cardenales se inclinaron por el Cardenal Sarto quien suplicó que no lo eligieran hasta que una noche una comisión de Cardenales lo visitó para hacerle ver que no aceptar el nombramiento era no aceptar la voluntad de Dios. Aceptó pues convencido de que si Dios da un cargo, da las gracias necesarias para llevarlo a cabo.
Escogió el nombre de Pío inspirado en que los Papas que eligieron ese nombre habían sufrido por defender la religión.
Tres eran sus más grandes características: La pobreza: fue un Papa pobre que nunca fue servido más que por dos de sus hermanas para las que tuvo que solicitar una pensión para que no se quedaran en la miseria a la hora de la muerte de Pío X; la humildad: Pío X siempre se sintió indigno del cargo de Papa e incluso no permitía lujos excesivos en sus recámaras y sus hermanas que lo atendían no gozaban de privilegio alguno en el Vaticano; la bondad: Nunca fue difícil tratar con Pío X pues siempre estaba de buen genio y dispuesto a mostrarse como padre bondadosos con quien necesitara de él.
Una vez que fue elegido Papa decretó que ningún gobernante podía vetar a Cardenal alguno para Sumo Pontífice.
Dentro de sus obras destaca el combate contra dos herejías en boga en esa época: Modernismo, la cual la combatió en un documento llamado Pascendi estableciendo que los dogmas son inmutables y la Iglesia si tiene autoridad para dar normas de moral; la otra herejía que combatió fue la del Jansenismo que propagaba que la Primera Comunión se debía retrasar lo más posible; en contraposición Pío X decretó la autorización para que losn iños pudieran recibir la comunión desde el momento en que entendía quien está en la Santa Hostia Consagrada. Este decreto le valió ser llamado el Papa de la Eucaristía.
Fundó el Instituto Bíblico para perfeccionar las traducciones de la Biblia y nombró una comisión encargada de ordenar y actualizar el Derecho Canónico. Promovió el estudio del Catecismo.
Murió el 21 de agosto de 1914 después de once años de pontificado.



De los soldados de Cristo

“De la Loa a la Nueva Milicia” de San Bernardo Abad
Ganancia saca para sí, si sucumbe, y triunfo para Cristo, si vence
Mas los soldados de Cristo con seguridad pelean las batallas del Señor, sin temor de cometer pecado por muerte del enemigo ni por desconfianza de su salvación en caso de sucumbir. Porque dar o recibir la muerte por Cristo no sólo no implica ofensa de Dios ni culpa alguna, sino que merece mucha gloria; pues en el primer caso, el hombre lucha por su Señor, y en el segundo, el Señor se da al hombre por premio, mirando Cristo con agrado la venganza que se le hace de su enemigo, y todavía con agrado mayor se ofrece Él mismo por consuelo al que cae en la lid. Así, pues, digamos una y más veces que el caballero de Cristo mata con seguridad de conciencia y muere con mayor confianza y seguridad todavía.
Ganancia saca para sí, si sucumbe, y triunfo para Cristo, si vence. No sin motivo lleva la espada al cinto. Ministro de Dios es para castigar severamente a los que se dicen sus enemigos; de su Divina Majestad ha recibido el acero, para castigo de los que obran mal y exaltación de los que practican el bien. Cuando quita la vida a un malhechor no se le ha de llamar homicida, sino malicida, si vale la palabra.; ejecuta puntualmente las venganzas de Cristo sobre los que obran la iniquidad y con razón adquiere el título de defensor de los cristianos.
Si le matan no decimos que se ha perdido, sino que se ha salvado. La muerte que da es para gloria de Cristo, y la que recibe, para la suya propia. En la muerte de un gentil puede gloriarse un cristiano porque sale glorificado Cristo; en morir valerosamente por Cristo muéstrase la liberalidad del gran Rey, puesto que saca a su caballero de la tierra para darle el galardón. Así, pues, el justo se alegrará cuando el primero de ellos sucumba, viendo aparecer la divina venganza, mas si cae el guerrero del Señor, dirá: ¿Acaso no habrá recompensa para el justo? Cierto que sí, pues hay un Dios que juzga a los hombres sobre la tierra.
Claro está que no habría de dar muerte a los gentiles si se los pudiese refrenar por otro cualquier medio, de modo que no acometiesen ni apretasen a los fieles y les oprimiesen. Pero por el momento vale más acabar con ellos que no dejar en sus manos la vara con que habían de esclavizar a los justos, no sea que alguien los justos sus manos a la iniquidad.
Pues ¿qué? Si no es lícito en absoluto al cristiano herir con la espada, ¿cómo el pregonero de Cristo exhortaba a los soldados a contentarse con la soldada, sin prohibirles continuar en su profesión? Ahora bien, si por particular providencia de Dios se permite herir con la espada a los que abrazan la carrera militar, sin aspirar a otro género de vida más perfecto, ¿a quién, pregunto yo, le será más permitido que a los valientes, por cuyo brazo esforzado retenemos todavía la fortaleza de la ciudad de Sión, como baluarte protector adonde pueda acogerse el pueblo santo, guardián de la verdad, después de expulsados los violadores de la ley divina?
Disipad, pues, y deshaced sin temor a esas gentes que sólo respiran guerra; haced tajos a los que siembran entre vuestras filas el miedo y la duda; dispersad de la ciudad del Señor a todos los que obran iniquidad y arden en deseos de saquear todos los tesoros del pueblo cristiano encerrados en los muros de Jerusalén, que sólo codician apoderarse del santuario de Dios y profanar todos nuestros santos misterios. Desenváinese la doble espada, espiritual y material, de los cristianos, y descargue con fuerza sobre la testuz de los enemigos, para destruir todo lo que se yergue contra la ciencia de Dios, o sea, contra la fe de los seguidores de Cristo; no digan, nunca los fieles: ¿Dónde está su Dios?”
De San Bernardo, Abad, Doctor de la Iglesia, en el día de su Fiesta.
Extracto de su obra “De la Loa a la Nueva Milicia”, Capítulo III.

Extraido de Santa Iglesia Militante



15 ago 2010

15 de Agosto - La Asunción de la Santísima Virgen al Cielo

« Hoy María Virgen subió
a los cielos: alegraos
porque con Cristo reina
para siempre. »
Es el grito de la Liturgia y de la fe cristiana, dos veces milenaria.
La que fue Madre de Dios e Inmaculada desde su Concepción, con convenía, no podía, sufrir la corrupción del sepulcro. Su santa dormición fue un deliquio místico de amor entrañable a su Dios, y enseguida un raudo vuelo de paloma a lo más encumbrado de los cielos, cortejada por los coros angélicos.

Desde su exaltado sitial queda entronizada como Reina de todos los Santos, con la correspondiente « omnipotencia suplicante». Subió hasta la diestra de su Hijo benditísimo para preceder en la gloria a sus hijos adoptivo, que son casi legión, que son casi infinitos. Por todos se interesa, como madre e intercesora, la « llena de gracia», la « más bendita de todas las mujeres».

María Asunta a los cielos es la gloriosa Mujer del Apocalipsis; es la Hija del Rey, ricamente engalanada; es la triunfadora del Dragón infernal; la nueva Judit; la niña preferida de Dios, que le rinde por tantas gracias un Magnificat de gratitud. Y al ascender la Madre, provoca a volar a sus hijos de la tierra, que le piden resucitar con Cristo y compartir luego con la Madre su gloria en el empíreo.

Reina y Madre santísima, segura de tí misma, muéstrate solícita por los tuyos, que sufrimos continua lucha y continua tempestad. Tu fiesta culminará en ocho días con la celebración de tu fiesta con el título de Reina. Esto nos pone de manifiesto tu perfecta y total glorificación junto a tu Hijo, Rey y Señor de todo el universo.

Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,

Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, ella, al aceptar tu Palabra, con limpio corazón, mereció concebirla en su seno virginal, y al dar a luz a su Hijo, preparó el nacimiento de la Iglesia.

Ella, al recibir junto a la cruz el testamento de su amor divino, tomó como hijos a todos los hombres, nacidos a la vida sobrenatural por la muerte de Cristo.

Ella, en la espera pentecostal del Espíritu, al unir sus oraciones a las de los discípulos, se convirtió en el modelo de la Iglesia suplicante.

Desde su asunción a los cielos, acompaña con amor materno a la Iglesia peregrina, y protege sus pasos hacia la patria celeste, hasta la venida gloriosa de Nuestro Señor Jesucristo.


Protestantismo liberal, modernismo y disidencia actual

Protestantismo liberal, modernismo y disidencia actual
Por el Padre José María Iraburu

Como es sabido, el liberalismo, derivado en el siglo XIX de la Ilustración, es una
doctrina que afirma la voluntad del hombre ¿su libertad? como un valor supremo, que no
debe sujetarse ni a ley divina ni a ley natural alguna.
Es cierto que la palabra liberal o el término liberalismo admiten otras
significaciones aceptables; pero aquí hablaremos del liberalismo justamente en ese
sentido doctrinal, como lo ha hecho la Iglesia en numerosas encíclicas y documentos
importantes.
El liberalismo es un naturalismo militante, que rechaza la soberanía de Dios y la pone
en el hombre «seréis como dioses» (Gén 3,5)?. Es, pues, un ateísmo práctico, una
rebelión de los hombres contra Dios, y por eso ha sido muchas veces condenado por la
Iglesia (por ejemplo, León XIII, enc.Libertas 1888). El socialismo y el comunismo, por
otra parte, son obviamente hijos naturales del liberalismo.

Pues bien, en este sentido, el liberalismo, actualmente generalizado en las naciones
más ricas como forma cultural y política, es hoy la tentación mayor del cristianismo.
Es el error que más fuerza tiene para falsificar el Evangelio y para alejar de él a
los hombres y a los pueblos.
Puede decirse, en síntesis brevísima, que el racionalismo crítico del protestantismo
liberal de mediados del siglo XIX, pasa en buena parte al campo católico con los
autores del modernismo. Aquellos y estos errores fueron combatidos sobre todo por el
Beato Pío IX (1864, Syllabus), y por San Pío X (1907, decreto Lamentabili; 1907,
encíclica Pascendi; 1910, Juramento antimodernista).
Protestantes liberales y católicos modernistas coinciden más o menos, según los
autores, en el historicismo y en la exégesis crítica, que en el estudio de la
Escritura deben prevalecer sobre la Tradición y el Magisterio; desprecian también en
común los dogmas y toda formulación estable de verdades de fe y moral; van juntos en
una cristología de tendencia nestoriana; coinciden en el ecumenismo radical, que
iguala las diversas confesiones cristianas, así como en la aversión a la escolástica,
a la metafísica y al tomismo; niegan unos y otros los milagros de Cristo y la
historicidad de su Resurrección; y en cuestiones morales dan primacía a la conciencia
sobre las normas objetivas de la moral. Y siguen coincidiendo en muchas otras
cuestiones. Por eso San Pío X señala en los modernistas este error, entre otros:
«El catolicismo actual no puede conciliarse con la verdadera ciencia, si no se
transforma en un cristianismo no dogmático, es decir, en protestantismo amplio y
liberal» (Lamentabili 65: DS 3465).
Los modernistas rechazan los «motivos de
credibilidad», y estiman que «la fe debe colocarse en cierto sentimiento íntimo que
nace de la indigencia de lo divino» (Pascendi: DS 3477).
En la segunda mitad del siglo XX, hasta nuestros días, no pocos de aquellos errores
señalados se prolongan también entre los católicos disidentes, promotores del
progresismo, que después, sobre todo, del concilio Vaticano II ?pero enseñando en
contra de él?, disienten públicamente una y otra vez del Magisterio apostólico. El
término disidentes es un tanto eufemístico, pero lo aceptaremos aquí para evitar
palabras más fuertes.
En los años de Pablo VI (1963-1978) esa disidencia afecta a sectores intelectuales
reducidos, y a ciertas Iglesias locales acentuadamente progresistas, dando ocasión a
grandes escándalos doctrinales y disciplinares.
Pero en los decenios siguientes, hasta hoy, esa disidencia se difunde notablemente,
hasta el punto de que apenas da lugar ya a ruidosos escándalos. Y esto se debe a que
en muchos ambientes de la Iglesia ha sido aceptada la disidencia como lícita y
oportuna, y también a que los doctores bien formados en la tradición filosófica y
teológica de la Iglesia son hoy bastante menos numerosos que en tiempos de PabloVI.
Por otra parte se debe también a que la disidencia escandalosa ya no es tanto
combatida, sino ignorada, quizá por cansancio; mientras que la disidencia moderada se
acepta sin lucha, sin apenas resistencia. «Ya no escandaliza» ?en el peor sentido de
la expresión? a la mayoría de los católicos, como no sea a unos pocos, considerados
tradicionalistas o integristas.
Juan Pablo II, sin embargo, reconoce la desorientación causada en los fieles por
tantos doctores disidentes: (nota: aunque mucho no hizo para evitarlo)
«No se puede negar que la vida espiritual atraviesa en muchos cristianos un momento de
incertidumbre, que afecta no sólo a la vida moral, sino incluso a la oración y a la
misma rectitud teologal de la fe. Ésta, ya probada por el careo con nuestro tiempo,
está a veces desorientada por posturas teológicas erróneas, que se difunden también a
causa de la crisis de obediencia al magisterio de la Iglesia»


La Revolución criminal

¿ Qué fue la Revolución Francesa ?
La Revolución, fue azuzada desde las logias y los clubes políticos
 
"La Bastilla fue en realidad el ícono de la subversión, no de la libertad. Subversión
que no es otra cosa que la esclavitud del error. Y no podía ser diferente, el
oscurantismo liberal eliminó a Lavoissier, padre de la química, sabiendo plenamente
quién era, señalando que 'La República no necesita sabios'.
Sangre, matanzas, pobreza, ruina, estupor, emigración....Eso fue lo que provocó la
Revolución; partidos ávidos, rencores, envidias....Y nada de libertad. En nombre de la
libertad y el progreso murió entre el 20 y el 25% del pueblo francés. Cerca de un 80%
de las víctimas pertenecían al pueblo llano. Un ejemplo: la población vandeana sufrió
un intento de erradicación espantosa; prisiones, campos de trabajos forzados y barcos
prisiones que se echaban a pique. Para acelerar los procesos se recurría a la
guillotina o a los fusilamientos masivos y a los ahogamientos. Mujeres y niños no
escapaban a la carnicería. Los revolucionarios mismos relataron las peores
atrocidades. Sobre una problación estimada de 815.000 personas, La Vendée perdió al
menos 117.000 miembros, consecuencia de un "populicidio", cuyos métodos inspiraron en
el siglo XX a Lenin y a Pol Pot. (¡Destruid la Vendée! - Barrère, julio de 1793; ¡La
Vendée debe convertirse en un cementerio nacional! - Turreau; ¡Serán todos
exterminados! - Carrier; ¡Esa raza es maldita! - Lequinio.). Así se las gastó y gasta
la Revolución.
El 'imperialismo' revolucionario no dejó en balde, se extendió como el cáncer: en
nombre de la libertad y el progreso, ya vemos lo que hemos avanzado en España, cuando
la dinastía usurpadora entregó la patria a los burócratas, militares ineptos y
politicuchos y burguesitos sin más mérito que el enchufe, después de que el pueblo se
desangrara luchando contra la Revolución bonapartista: Golpes de
estado/pronunciamientos, matanzas anticlericales, pobreza, ruina del campo y del
ejército, etc…
La Revolución, fue azuzada desde las logias y los clubes políticos, con panfletos en
que se le señalaba al pueblo que la nobleza quería causarle una sangría de hambre, que
contrataría criminales para dañar cosechas, almacenes, etc... y que incluso quería que
los ingleses invadieran Francia. Sobre ello construyeron su grito, que coronado con la
toma, dejó ebrio de sangre al manipulado pueblo francés, vuelto contra sí mismo. La
burguesía financiera (antaño contrabandista) 100% de ella atea, pretendía sustituir el
poder legítimo de la Monarquía, por su propia tiranía sintetizada en un falso trilema:
libertad, igualdad y fraternidad.

No es culpa del populacho ignorante, ellos fueron "libremente" arrastrados por su
ignorancia. La culpa es de los titiriteros, verdaderos esclavistas del pueblo francés,
cuya desgraciada impronta se gestara en el iluminismo de cuyos textos estaban imbuídos
y poseídos. Todas las desgracias actuales, incluyendo la pobreza humana y material, y
las indignidades varias se prefiguran en los amantes de la guillotina.
Dicen libertad, pero la vierten en fin, por lo que ésta oprime al individuo
Dicen participación, pero significa simplemente elegir al tirano de turno
Dicen igualdad, y como lo menos no puede lo más, deprimen el espíritu humano hasta reducirnos a simple carne, transforman la economía en crematística, pero se cuidan de señalar que no es
igualdad en lo material, que no sea que los confundan con sus primos pobres,, los comunistas. Dicen fraternidad, pero marchan con las cabezas de los
funcionarios en sus picas, matan a inocentes y a un período subsiguiente se le
denomina EL TERROR. Pero ojo, los muertos siempre eran los malos o aliados de los
fuertes, no sea que los confundan con sus primos antipáticos y prepotentes,
Jacobinos, girondinos, liberales, fronderos, capitalistas, comunistas, nazis,
fascistas, progresistas, socialistas, democristianos, usureros, y demás calaña
modernista, son todos hijos de la misma arpía, la Revolución, fornicando con distinto
padre.
 
El Terror fue el instrumento revolucionario por excelencia. 
El terror que hacía sospechoso a todo aquel que tuviera algún mérito,  
El terror que pretendió aniquilar a la Iglesia, a las tradiciones, a la educación; premiando al delincuente y avasallando al hombre honrado.(Nota: Cualquier parecido actual con la Argentina, España y otras pobres naciones sometidas a esta barbarie no es coincidencia, es realidad)
No existe Revolución sin estos brutales métodos, que aún continúan.
No, la Revolución no tuvo justificación alguna; y la sensatez siempre estuvo en no
transigir con ella."

Publicado por Reke Ride en
http://elbandidorealista.blogspot.com/


Pornografía a cambio de Biblias

EN FINLANDIA CAMBIAN BIBLIAS Y CORANES POR PORNOGRAFÍA 
Biblias por pornografía para criticar la visión religiosa de la sexualidad.

  • El objetivo es criticar la actitud negativa de la religión hacia la sexualidad.
  •  El evento contó con el patrocinio de dos revistas pornográficas.
  •  La iniciativa no estuvo exenta de polémica.
La Asociación de Librepensadores de Helsinki celebró hace unas semanas en la capital finlandesa un polémico acto reivindicativo en el que sus miembros regalaron revistas pornográficas a cambio de ejemplares de libros sagrados, como la Biblia y el Corán.

El objetivo de la iniciativa era “criticar la actitud negativa del cristianismo y el islam hacia la sexualidad y ofrecer una alternativa saludable a la literatura religiosa”, explicó la agrupación en su página web.

El mundo sería un lugar más relajado y agradable si la gente cambiara sus libros sagrados por porno.” El  evento, que tuvo lugar en una céntrica plaza de Helsinki, contó con el patrocinio de dos revistas pornográficas, la estadounidense Hustler y la finlandesa Jallu. Las biblias, coranes, libros de salmos y demás publicaciones religiosas recogidas durante el acto serán “reaprovechados” para fabricar papel reciclado, indicaron los organizadores.

“El sexo, incluida la masturbación, tiene diversos efectos positivos sobre la salud y el estado de ánimo, según los estudios de los sexólogos. El mundo sería un lugar más relajado y agradable si la gente cambiara sus libros sagrados por porno”, afirmó la asociación en un comunicado.

La iniciativa no estuvo exenta de polémica y algunas personas, incluso, solicitaron a la Policía que investigue si el colectivo cometió un delito contra la moral pública o si infringió la ley por quebrantar la paz religiosa. La Asociación de Librepensadores de Helsinki tiene como propósito promover el pensamiento racional y científico frente a las creencias dogmáticas de las religiones, en un país donde el 82 por ciento de la población pertenece a la Iglesia Evangélica Luterana.