¡ Viva Cristo Rey !

Tuyo es el Reino, Tuyo el Poder y la Gloria, por siempre Señor.
Cristo, Señor del Cielo y de la TIERRA, Rey de gobiernos y naciones

27 dic 2010

Otra barrabasada más de los modernistas

Mons. García y la Navidad de los atorrantes
Mons. García y la Navidad de los atorrantes 
(Atorrante: Vago, persona  desfachatada, desvergonzada.)

Por Muzzafer al Shufie  extraido de Página Católica

A Mons. Eduardo H. García se le podrá disculpar su afición por las
novicias de cierta Casa, pero lo que difícilmente tenga perdón es que
desde la Vicaría Episcopal para Niños que él dirige, se haya tenido
la impiedad y el descaro de mandar imprimir y distribuir un afiche
como el que ilustra esta entrada.
A pesar de que los fieles de Buenos Aires nos hemos ido acostumbrando
paulatinamente a la fealdad litúrgica, uno de los principales logros
del Cardenal Bergoglio cuyo reinado está finalizando, no puede dejar
de sorprendernos el espectáculo denigrante conque se pretende
representar la Natividad.
Un regordete Niño de ojos desorbitados y actitud desequilibrada,
aureolado por un sol de extraños rayos similares a púas, y rodeado
por una banda de "atorrantes" de semblante prostibulario, que se
asemejan a ciertos personajes de una propaganda de veneno para
mosquitos y cucarachas, retorciéndose al compás de la música
desenfrenada y primitiva que en las noches de "boliche" aturde a
nuestra juventud y la predispone al descontrol y al vicio.

¡Qué tiene que ver este cuadro, con la serenidad y la Paz que los
ángeles del cielo anunciaron y desearon a los hombres de buena
voluntad en la primera Nochebuena?

¡Qué relación hay entre la inefable melodía del "Gloria in excelsis Deo" entonada por los coros del Ejército Celestial, y la estridencia descontrolada de la murga maleducada y procaz?

Quizá se piense que no tienen relación alguna, pero lo correcto es
apreciar el antagonismo entre una música de exaltación y otra de
enterramiento; entre los sones de salvación y los que predisponen al
barro, entre lo que es de Dios y lo que es del Mundo (por no decir
del Demonio).

Parece que los autores de este afiche no entienden el significado de
la Navidad: La hora en que se manifiesta el abajamiento de Dios que
se hace carne, para que la carne caída con Adán sea divinizada por
Jesucristo.
No entienden que hay un ámbito sagrado al que no debe entrar lo
profano, a riesgo de, justamente, "ser profanado". Máxime cuando se
propone como símbolo de la alegría navideña, una de las formas más
bajas de música cual es la de las murgas, aunque el modernismo de
Buenos Aires la haya incorporado a la liturgia.
No entienden que por ser el hombre un compuesto de materia y
espíritu, necesariamente se verá afectado por todas las
manifestaciones del cuerpo y, fundamentalmente, por la música que es
formadora del carácter. La música de la Revolución, como ya se ha
dicho en una conferencia publicada aquí, formará revolucionarios y no
cristianos. Después se quejan de la cantidad de jóvenes descarriados
que salen de las iglesias y colegios católicos.
Pero lo más triste del caso es que los autores del afiche en cuestión
demuestran ser "discriminadores" natos (en el mal sentido que se le
da actualmente a ese término en los medios). Parecen creer que los
niños, especialmente los humildes que viven en la zona sur de la
Arquidiócesis, son tontos y no puede acceder a las formas más
elevadas de la cultura.
Por eso se les proponen carteles como este, mientras se los alimentan
con la Misa Show (que condenó hace poco Benedicto XVI), sin recordar
que durante siglos la Iglesia Católica cultivo a los humildes de todo
el mundo con lo más exquisito del arte que, en sus diversos géneros,
impregnaba los templos, desde el más grande al más pequeño.
Sin recordar que por cerca de dos milenios el extraordinario
monumento de la Misa Gregoriana (comúnmente llamada Tridentina)
alimentó a los fieles domingo a domingo, no solamente con la gracia
de Cristo, sino con la música más excelsa y las ceremonias más
elaboradas de que es capaz el hombre.
Por eso aquel mundo de la Cristiandad vivía en armonía, y éste de la
apostasía silenciosa vive en el aturdimiento, el desenfreno y el
miedo que representa el cartel de Mons. García.
Como nosotros no discriminamos ni subestimamos la capacidad que
tienen los fieles católicos para apreciar la belleza, sean éstos
niños o adultos, ricos o pobres, santos o pecadores, los invitamos a
oír el movimiento "Gloria in excelsis Deo", del Gloria (RV 589) de
Antonio Vivaldi.
Luego de lo cual les proponemos que recen a la Santísima Virgen
María, a la que nada puede el Señor negar, para que nos consiga el
pronto fin de la triste noche en la que va terminando el ministerio
del Cardenal Bergoglio.



11 dic 2010

Esperanza, ¿en Dios o atea?

La esperanza cristiana ha transformado la historia de la humanidad

Autor: + Demetrio Fernández, obispo de Córdoba | Fuente: www.revistaecclesia.com

 El hombre no puede vivir sin esperanza. La esperanza es el motor de
la vida humana. Depende de dónde ponga el hombre sus esperanzas, para
que se sienta más o menos realizado, cuando alcanza lo que espera. O,
por el contrario, se sienta defraudado cuando no se cumple aquello
que esperaba.

La esperanza cristiana se apoya en Dios, que es fiel y cumple
siempre. La esperanza cristiana es una virtud teologal, que tiene a
Dios como origen porque es Él quien la infunde en nuestros corazones,
es una virtud que nos lleva a fiarnos de Dios y a desear que cumpla
en nosotros y en el mundo sus promesas. Dios Padre nos promete
hacernos partícipes de su vida en plenitud y para siempre. Por medio
de su Hijo Jesucristo nos ha redimido del pecado y nos ha hecho hijos
suyos. Nos da constantemente el don de su Espíritu, que llena de
esperanza nuestros corazones. Nos llama a vivir en comunidad en su
Santa Iglesia, como familia de Dios que anticipa el cielo nuevo y la
nueva tierra.

La esperanza cristiana ha transformado la historia de la humanidad.
Ha llenado el corazón de muchos hombres y mujeres, moviéndoles a dar
su vida por Cristo y por el Evangelio. Es una esperanza que la muerte
no interrumpe, sino que precisamente en la muerte encuentra su
cumplimiento, pues la muerte nos abre al encuentro definitivo y pleno
con Dios para siempre en el cielo. Es una esperanza que nos lleva a
amar de verdad, a Dios y a los hermanos, hasta el extremo de dar la
vida.

Para los que no tienen a Dios, o porque no le conocen todavía o
porque lo han rechazado, hay otra esperanza, que no tiene tanto
alcance ni mucho menos. Es una esperanza de los bienes de este mundo,
que aún siendo buenos son pasajeros. Esperar la salud, la prosperidad
terrena de los míos. Esperar cosas de este mundo, que aún siendo
buenas nunca sacian el corazón humano.

En definitiva, cuando no es Dios el motor de nuestra esperanza, vivimos con las alas recortadas
sin vuelos largos que entusiasman y llenan el corazón. Una esperanza
sin Dios es una esperanza temerosa de perder incluso aquello poco que
se tiene (y es mayor el temor de perderlo, si es mucho lo que se ha
alcanzado). Dios es la única garantía que elimina todo temor, y nos
hace vivir en el amor.

El marxismo ha predicado una esperanza, que al concretarse en la
realidad histórica a lo largo del siglo XX, ha supuesto un rotundo
fracaso. He ahí el progreso de los países socialistas del Este.
Cuando en 1989 cayó el muro, pudimos constatar la pobreza inmensa de
los que esperaban el “paraíso terrenal”, que nunca ha llegado. La
esperanza marxista es el sueño de algo que no existe (utopía). Es una
esperanza engañosa, porque pone en movimiento al hombre y a la
sociedad, pero lo hace proyectando un espejismo, que nunca se
realiza. Esta esperanza ha llevado al odio por sistema, a la lucha de
clases, a la revolución e incluso al terrorismo.

La esperanza cristiana, sin embargo, es la certeza de una realidad
que se nos brinda como regalo de Dios y como plenitud humana . Y Dios
cumple siempre sus promesas. La esperanza cristiana brota de la
certeza generada por la fe, no es una proyección del corazón humano
que inventa lo que no tiene, soñando aunque sea mentira. Y lo que
Dios nos promete ya existe, está preparado, lo veremos plenamente en
el cielo, y lo vemos continuamente realizado por el amor en nuestras
vidas. No es una utopía, sino una realidad futura, que se va haciendo
presente en la medida en que esperamos y nos abrimos al don de Dios.

Que el tiempo de adviento nos haga crecer en la esperanza, de la
buena. Esa esperanza que se apoya en Dios y no defrauda. Que este
tiempo santo disipe tantos ídolos, que quizá nos llevan a esperar,
pero con una esperanza que desaparece como el humo.
El corazón humano no puede vivir sin esperanza. Pongamos en Dios
nuestra esperaza, y nunca seremos defraudados.


7 dic 2010

"Ave Maria, gratia plena"

8 de Diciembre : Concepción Inmaculada de la Santísima Virgen

El día 8 de diciembre de 1854, el Sumo Pontífice beato Pío IX, por la
Bula dogmática Ineffabilis Deus, definió solemnemente como artículo
de fe la Concepción Inmaculada de la Santísima Virgen con las
siguientes palabras:

“...con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los
Santos Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra: Definimos, afirmamos
y pronunciamos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen
María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el
primer instante de su concepción,... ,ha sido revelada por Dios y por
tanto debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles.
Por lo cual, si alguno tuviere la temeridad, lo cual Dios no permita,
de dudar en su corazón lo que por Nos ha sido definido, sepa y
entienda que su propio juicio lo condena, que su fe ha naufragado y
que ha caído de la unidad de la Iglesia”.


El sentido común, la Tradición y las Sagradas Escrituras lo prueban:
•    ¿Qué hijo, pudiendo, no haría de su madre la mujer más buena
y hermosa? Jesucristo, si quiso y no pudo, no fuera Dios. Si pudo y
no quiso, no fuera hijo. Por eso, pudiendo y siendo decoroso, lo hizo
("potuit, decuit, ergo fecit"). Así razonaba Juan Duns Scoto, uno de
los más importantes defensores de la Inmaculada Concepción.
•    Ya en el Siglo II decía San Hipólito: "Cristo es un arca
revestido con maderas incorruptibles: María y el Espíritu Santo"
•    Era impecable la que en el capítulo I del Evangelio de San
Lucas fue llamada por el Arcángel "Llena de gracia".
Porque esta es la fiesta de la pureza de María, preservada, no
curada, y para resaltar la inocencia que adorna a los niños, se
estableció la costumbre, hoy lamentablemente olvidada, de que
recibieran la Primera Comunión en la presente solemnidad.
Se necesitan personas inocentes para salvar el mundo, pero con la
inocencia que nos pide el Evangelio, que no es para cobardes ni
mediocres. La inocencia que es chispa celestial, fundamento de toda
vida heroica, y máxima manifestación de la semejanza divina.

Hoy más que nunca, en su fiesta, saludemos a la Santísima Virgen
María con esta antigua jaculatoria:

"Ave María purísima, sin pecado concebida".



3 dic 2010

Nuevo decálogo modernista

PARECE UN CHISTE… NO LO ES.
Nuevo decálogo para un cristianismo posmoderno
por Cavernicola

El mundo gira, nadie puede bañarse dos veces en el mismo río, tempus
fugit, deja para mañana lo que puedas hacer hoy, qué será será y
todas esas cosas. El cristianismo, como no puede ser menos,
evoluciona también que es una barbaridad.
Como es lógico, en nuestra época evolucionada y modernosa, ya no
pueden ser válidos los diez mandamientos que nos legaron unas tribus
del desierto de hace tres mil años. Es hora de modificar el decálogo,
manteniendo lo esencial, por supuesto, pero adaptándolo a las nuevas
necesidades del mundo de hoy.

Presentamos, pues, a nuestros queridos lectores, los nuevos diez
mandamientos para un cristianismo posmoderno:

1) Amarás a Dios cuando te acuerdes, de forma más bien difusa y sin

que ello afecte a tu vida para nada.

2) No tomarás el nombre de Dios en vano y la mejor manera de

conseguir esto es no mencionarlo nunca, bajo ninguna circunstancia.

3) Santificarás las fiestas sustituyendo el domingo por el “fin de

semana”, jugando al golf y siendo egoísta, pues es el tiempo que

tienes para ti.

4) Honrarás a tu padre y a tu madre llevándolos a un asilo, que es

donde deben estar, y eutanasiándolos lo antes posible para evitarles

sufrimientos a los pobrecitos.

5) No matarás, pero, por supuesto, los niños no nacidos no cuentan,

porque no pueden quejarse.

6) No cometerás actos impuros, pero, si eres incapaz de ser casto,

que lo eres, comete actos impuros con preservativo y así serás feliz.

7) No robarás, pero, como sabemos que de todas formas vas a robar,

justifícate diciendo que la empresa, el Estado o el vecino a los que

has robado se lo merecían. Nunca robes a viejecitas ni a niños (que,

de todas formas, no tienen nada valioso).

8) No mentirás, pero, ya que mientes a todas horas, que sea con un

buen fin, siguiendo el ejemplo de nuestros prohombres de la política.

9) Los pensamientos impuros son algo natural y la base de todo

nuestro sistema publicitario y comercial y de las industrias del

cine, la televisión y los libros, así que ay del que se atreva a

decir algo contra ellos.

10) Codiciarás los bienes ajenos, porque ésa es la piedra fundamental

de toda sociedad capitalista.


Arqueológico Brutote
Extraido de Radio Cristiandad



Oración para reparar sacrilegios

 Se debería rezar en la mayoría de las Iglesias actualmente
Oración dictada por la Virgen para reparar sacrilegios en las Misas

Esta oración fue dictada por la Bienaventurada Virgen María, en su advocación de Madre y Adoratriz Perpetua de la Eucaristía, a un alma escogida, con el mandato de reparar por los sacrilegios que se cometen contra el Santísimo Sacramento del Altar (especialmente por culpa del Novus Ordo Missae).

"Señor Jesucristo, que por nuestra redención diste tu vida en la Cruz y nos dejaste en el Santísimo Sacramento un signo verdadero de tu presencia, yo te amo y quisiera haberte amado sobre todas las cosas; pero con mis pecados y las blasfemias y sacrilegios que algunos lanzan contra Ti en este Sacramento han aumentado más tus heridas, y me hice indigno de tu clemencia y merecedor por tanto de los castigos del infierno. Pero desde hoy quiero ofrecerme como hostia viviente de expiación por los utrajes y sacrilegios que padeces en el Sagrario, para mitigar el dolor que ellos te causan.

Mas como soy indigno de tu Divina Majestad, acudo a la intercesión poderosa de tu santísima Madre, la Bienaventurada Virgen María, que permanece como Adoratriz perpetua ante Ti, para que por medio de Ella mi humilde y sincera oblación sea hallada perfecta, espiritual y digna de Ti; y persevere en esta actitud hasta la muerte para que pueda un día honrarte con todos tus Ángeles y Santos en el Cielo por toda la eternidad. Amén.

Te adoro y te bendigo, oh Señor Jesucristo, porque redimiste al mundo con tu Cruz."